martes, 31 de enero de 2012

Castillo de Arnedo



El Castillo de Arnedo formo parte del baluarte defensivo del Valle de Cidarcos, el más importante de La Rioja y uno de los más importantes de España en la Edad Media. Estaba formado por los castillos de Enciso, Prégano, Arnedillo, Herce, Quel y Autol.
Desgraciadamente en la actualidad se halla en un estado de lamentable ruina, aunque si lo encaramos desde el lado norte podemos ver lo que aun conserva del muro de mampostería y la única torre que queda en pie.


La Fortaleza de Arnedo se erige sobre una fortificación romana para proteger el cruce de comunicaciones entre dos calzadas romanas la que unía Calahorra con Numancia y Contrebia-Leukade con Varea, en el que se asentaba la Villa. Varios túneles o minas atraviesan el subsuelo de Arnedo, a lo largo de la historia han tenido usos diversos para transporte y abastecimiento de agua, materiales de construcción y como vía de escape.


El Castillo de Arnedo es de origen árabe, perteneció a la familia muladí de los Banu Qasi que lo edificaron sobre esta fortaleza romana anterior. Y su papel durante la Reconquista fue de gran importancia, como lo atestiguan las numerosas crónicas de la época.


A pesar de su estado ruinoso, podemos reconstruirlo por los restos. El Castillo se adaptaba a las rocas del cerro de 604 metros de altura sobre el que se asienta, lo que le daba una planta irregular, de forma casi triangular rematada con espolones. Sabemos que tuvo al menos dos alturas, porque se construyo sobre terrazas. Los muros eran anchos, hechos de materiales diversos. Solo queda en pie una de las torres que les servia de protección. La entrada al castillo se hacia por un túnel natural entre un muro de roca y otro de mampostería y daba a un primer patio donde aun quedan restos del aljibe y desde el que se accedía a la Torre del Homenaje, de la que se conservan parte de los muros y  que se situaba en el centro del flanco norte. También había otro patio, una amplia explanada superior.


La Historia del Castillo de Arnedo va unida primero a las luchas contra los musulmanes durante la Reconquista, pero posteriormente a las luchas entre los distintos Reinos de la Península, por lo que ha sido protagonista de grandes batallas y ha pasado por muchos dueños.

A partir de 1870 se desmoronó el muro del flanco sur y  posteriormente se desmontó la casa-cuartel para el aprovechamiento de sus materiales, desde entonces, la ruina de este impresionante monumento ha sido progresiva.
Texto :
Marga G.-Chas Ocaña


Coordenadas GPS :  N    42º   13.759’ W          5.816’

lunes, 30 de enero de 2012

Carcassonne

Carcasona (Carcassonne en francés, Carcassona en occitano) es la capital del departamento de Aude, en la región Languedoc-Rosellón (Francia). Su ciudad amurallada fue declarada en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Está situada a medio camino entre Perpiñán y Toulouse, al sur de Francia.


Hacia el año 800 a. C., la ciudad, situada en una colina, se convirtió en un importante centro de intercambio comercial.
Carcasona empezó a ser estratégicamente importante a partir del momento en el que los romanos fortificaron la cima de la colina, alrededor del año 100 a. C. y la convirtieron en el centro administrativo de la colonia de Iulia Carcaso, denominada más adelante como Carcasum y Carcasso. La mayor parte de las murallas septentrionales son de esa época.
En el siglo V, los visigodos ocuparon la ciudad y construyeron más fortificaciones que aún se conservan. Rechazaron con éxito los ataques de los francos. Los musulmanes tomaron la ciudad en el año 725 pero el rey Pipino el Breve los expulsó en el 759, cediéndolo a Bellón, mítico primer conde de Carcasona y fundador de las ramas dinásticas de las casas condales de Barcelona y otras de Occitania y descendiente de la nobleza visigoda. El condado lo heredaría en primera instancia su hijo Guisclafredo de Carcasona, en el año 810 y que murió sin descendencia. Después pasó a manos de su hermano Oliba I, que gobernó también Razes. A su muerte le sucedió su hijo Acfredo I de Carcasona.


En 1067, a través de una unión matrimonial, Carcasona pasó a ser propiedad de Raimundo Bernardo Trencavel, vizconde de Albi y de Nimes. Los siglos siguientes, los Trencavel se aliaron unas veces con los Condes de Barcelona, otras con los de Tolosa. Por ejemplo, a finales del siglo XII, el vizconde d Carcasona era feudatario del rey de Aragón, Alfonso II. Los Trencavel construyeron el castillo condal y la basílica de San Nazario.
Carcasona es famosa por su papel durante la cruzada contra los albigenses, cuando la ciudad era un feudo de los cátaros. En agosto de 1209, el ejército de los cruzados de Simón de Montfort forzó la rendición de la ciudad después de un sitio de quince días. Tomó como prisionero a Raimundo Roger Trencavel y se convirtió en el nuevo vizconde. Amplió las fortificaciones y Carcasona se convirtió en una ciudadela de la frontera entre Francia y la Corona de Aragón. En el año 1213, la batalla de Muret, ganada por Simón de Montfort contra el rey Pedro II de Aragón, marcó el preludio de la dominación de los reyes de Francia sobre Occitania.


En 1240, Ramón Trencavel II hijo de Ramón Roger Trencavel intentó reconquistar sus antiguos dominios, pero no lo consiguió siendo expulsado junto con los ciudadanos que le apoyaron en la revuelta. La ciudad pasó a estar definitivamente bajo el control del rey de Francia en 1247, cuando Ramón Trencavel II renunció formalmente a su título de vizconde entregando el sello familiar. Luis IX perdonó entonces a las gentes que secundaron la revuelta y les permitió volver a Carcasona con la condición que se quedasen en la orilla occidental del río, fundándose la parte nueva de la ciudad al pie de la colina, llamada la Ciudad Baja o Bastida de San Luis. Luis y su sucesor, Felipe III, construyeron las fortificaciones exteriores. En esa época, la fortaleza se consideraba inexpugnable. Durante la Guerra de los cien años, Eduardo, el Príncipe Negro, no consiguió tomar la fortaleza alta en el año 1355 aunque sus tropas si consiguieron tomar la ciudad baja.
En 1659, por el Tratado de los Pirineos, la provincia fronteriza del Rosellón pasó a manos de Francia y la importancia militar de Carcasona se redujo. Las fortificaciones se abandonaron y la ciudad se convirtió en un centro económico, concentrado básicamente en la industria textil.

La parte fortificada de Carcasona llegó a estar tan deteriorada que el estado francés consideró seriamente derruir las murallas. A tal efecto se redactó un decreto oficial en el 1849 que produjo gran revuelo: el historiador Jean-Pierre Cros-Mayrevieille y el escritor Prosper Mérimée promovieron una campaña para preservar la fortaleza como Monumento histórico. Ese mismo año se le encargó al arquitecto Eugène Viollet-le-Duc el proyecto de renovación de la ciudad alta.

La fortificación consiste en un anillo doble de murallas y 53 torres. Desde 1997 está considerada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad fortificada de Carcasona ha servido de inspiración de un juego de mesa, Carcassonne.
El catorce de julio de cada año, día de la fiesta nacional francesa, un espectáculo pirotécnico acompañado de juegos luminosos imita un gran incendio en la ciudad.


Coordenadas GPS :  N 43° 13′ 0″ ,E 2° 21′ 8″